viernes, 1 de abril de 2016

Nos costó mucho terminar las tareas que nos había encomendado...


Nos costó mucho terminar las tareas que nos habían encomendado, acabando, puertas, bancos y dinteles, y las piezas que aún quedaban por desbastar y pulir, antes de entregarlas a los pintores. Después hubo de recoger las cosas que ya estaban pintadas y colocarlas en las casas de sus propietarios, lo cual me gustaba porque me recreaba viendo diferentes clases de habitaciones y gente distinta, aunque siempre trabajábamos con la cabeza y la mirada gachas, por respeto, pero eso no me impedía ver y aprender cosas nuevas. Pero todo esto suponía volver a casa al anochecer, cansado y hambriento.

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