miércoles, 26 de octubre de 2016

Esa vez no había encontrado asiento en el lado que daba al mar...


Esa vez no había encontrado asiento en el lado que daba al mar y estaba sentada al otro, contemplando amodorrada un paisaje lleno de vida y de movimiento que, sin embargo, la aburría más que el azul que llenaba el de los más afortunados, los que iban sentados a la derecha. El tren cruzaba pueblos demasiado parecidos. Casas de una sola planta, semáforos, plazas medio escondidas, rieras, tiendas de ultramarinos, viejos sentados en los bancos. Campanas de purpurina, velas amarillas, más campanas. Ahora abetos que se encendían y se apagaban, y ángeles azules. Guirnaldas de acebo con bombillas minúsculas de color rojo.

domingo, 23 de octubre de 2016

-Te debo una explicación-admitió.

 
   - Te debo una explicación-admitió.
  Meneé la cabeza.
  -No hay excusas para la impuntualidad, nunca.
Si uno llega diez minutos tarde, seimpre pudo salir diez minutos antes. En realidad, lo habría hecho, si la cita le hubiera importado lo suficiente.
  -No he llegado tarde. He hecho algo peor.
  -Por mi reloj sí es tarde.
  -No acabo de llegar. Llevo media hora aquí. Te he visto venir, sentarte en aquel banco, esperar a la puerta, entrar, salir, todo.
  -¿Me has estado espiando?
  -Observando con ventaja, digamos. Está feo, lo sé.
  -¿Por qué?
  -Precaución. Quería ver cómo te lo tomabas.
  -¿El qué?
  -Que pudiera no haber venido.
  -¿Y cómo me lo iba a tomar? Estaba avisada.
Soy coherente.
  -Eso lo sé, ahora.
  -Oye, ¿de qué va esto?

domingo, 16 de octubre de 2016

-¿Y la otra vecina, por qué no fue?


   -¿Y la otra vecina, por que  no fue?
   -Milagros no fue para no dejar solo a Kevin, el pero. Es que desde que murió Costner hace unos meses está deprimido y si se queda solo se mea y se caga en el sofá.
   -¿Quién es Costner?
   -El gato, estaban muy unidos. Así que las Eche se turnan. Se turnaban. Yo me fui donde había quedado con Valentín, en el banco del Cerro del Tío Pío donde nos encontramos siempre, y mi sorpresa fue que cuando llegué estaba dándose la paliza con una tía de segundo y me dijo que ella se venía con nosoros.
   -¿Te sentó mal?
   -Pues sí, claro, me imaginaba el plan , venían a seguir con el rollo a mi casa, y yo mientras a tragarme la película, como un gilipollas.

lunes, 10 de octubre de 2016

- Ya lo veo a usted, si sigue en ese empeño -me dijo-, describiendo a san Juan...

  -Ya lo veo a usted, si sigue en ese empeño -me dijo- describiendo a san Juan en aquel cuchitril en el que lo recluyeron, donde para leer los oficios o escribir cualquier cosa tenía que subirse a un banco hasta alcanzar la poca luz que entraba por una aspillera que medía dos dedos. Pero eso no es nada, que sin escribir o leer puede uno seguir viviendo -añadió-, aunque a duras penas podría vivir así por los muros, o el calor que no dejaba respirar en verano, y el hecho de que durmiera en una tabla en el suelo, con apenas dos mantas, nos dan idea de la tremenda crueldad de aquellas bestias que sin escrúpulos tomaban la comunión y rezaban con aparente piedad. Los piojos invadían el cuerpo de la víctima. ni una muda de ropa le dieron en nueve meses al pobre fraile. De comer sólo le ofrecían unos mendrugos de pan y unas sardinas.

sábado, 8 de octubre de 2016

El ni siquiera tomaría notas, se limitaría a escuchar.


El ni siquiera tomaría notas, se limitaría a escuchar. Sólo le pedía una información veraz sobre lo que ocurría en el Putumayo.
Estaban sentados en la pequeña terraza que daba al dormitorio de Casemente y la mesita, frente al banco que compartían, había una jarra con jugo de papaya y dos vasos. Eponim Thomas Campbell había sido contratado hacia siete años en Bridgetown, la capital de Barbados, con otros dieciocho barbadenses por el señor Lizardo Arana, hermano de don Julio Cñesar, para trabajar acomo capataz en una de las estaciones en el Putumayo. Y ahí mismo comenzó el engaño porque, cuando lo contrataron, nunca le dijeron que tendría que dedicarse buena parte de su tiempo a las "correrias".
-Explíqueme qué son las "correrias" -dijo Casement.
Salir a cazar indios en sus aldeas para que vengan a recoger caucho en las tierras de la Compañia. Los que fuera: huitotos, ocaimas, muinanes, monuyas, andoques...