viernes, 23 de febrero de 2018

Un sirviente le pidió que aguardara en una estancia...



  Un sirviente le pidió que aguardara en una estancia donde tan sólo había un banco de piedra donde sentarse. Pero estaba demasiado tensa para descansar de manera que cruzó la estancia varias veces a al espera de que apareciera el maestre.
  Cundo el sirviente entró leyó en su rostro que le tría malas noticias.
  -No os puede recibir; lo siento, señora
  -¿No me quiere recibir el señor Yves de Avenaret?
  -No puede hacerlo, señora.
  -Bien, pues decidle que aquí me quedaré hasta que pueda. Traedme agua y algo de comer. No tengo prisa.
  El sirviente miró asustado a la dama. Se sentía indefenso ante la actitud enérgica de doña María.
  -¡Pero aquí no podéis quedaros! Éste es un castillo del Temple, no está permitida la presencia de damas.
  -Lo sé, y es mi deseo irme cuanto antes, pero no lo haré hasta que el señor De Avenaret me reciba.