domingo, 26 de agosto de 2018

A mi regreso, Elena seguía atareada con la multitud de personas que seguían saludándola.

A mi regreso, Elena seguía atareada con la multitud de personas que seguían saludándola. Los primos segundos de Cornualles, un galerista de Londres, dos viejos amigos de Bob..., incluso el cura del pueblo. Le hice llegar una copa y después me quedé sentado con Stella, unos cuantos bancos detrás de Elena, bebiendo el vino blanco y mirando aquel desfile que parecía no tener fin. 

     -¿De dónde ha salido toda esta gente? -pregunté.
     -La mitad de la lista es de Franco -dijo Stelia-, pero Mark también tuvo mano. Ya sabes cómo son estas cosas. Incluso un funeral es un momento para hacer networking. Bueno, de hecho, es de los mejores.

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