sábado, 13 de mayo de 2017

¿A lo mejor? Libero Parri se levantó.


  ¿A lo mejor? Libero Parri se levantó. Detestaba recurrir a ese truco, y por regla general solía evitarlo. Pero allí se trataba de una cuestión de vida o muerte.
  -Voy a salir un momento -le dijo a Ultimo-. Coge esto y no te muevas de ahí. Antes o después, volveré.
  Ultimo cogió la botella de conserva y la colocó cerca de él.
  -De acuerdo -dijo.
  Libero Parri salió de la Itala y caminó sin prisas hasta el Po. Permaneció allí mirando las colinas al otro lado del río, sentado en el banco. Desprendían riqueza y elegancia. Cuando llegó la hora de comer, encontró una bodega en las que hacían una sopa que no estaba nada mal y un curioso pastel de castañas. En cuanto acabó de comer, se quedó fumando con un cartero anarquista que tenía tres hijas a las que había llamado Libertad, Igualdad y Fraternidad. Bonitos nombres, dijo Libero Parri. Lo pensaba de verdad. Eran ya las tres cuando se presentó delante de la secretaria que tenía una pierna de madera. Ella lo miró con una sonrisa y sin dejar de sonreír le dio la buena noticia.

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