lunes, 22 de mayo de 2017

Más hombres había matado en Cuba...


Más hombres había matado en Cuba, y eran jóvenes e inocentes. Fue así cómo Albert Corner i Espiga abrió y al mismo tiempo cerró el capítulo de la mala conciencia. Incluso creyó que haber dudado había sido bueno, porque lo había reafirmado en la fortaleza de sus razones.
   Sentado en el banco de madera tapizado frente a la galería de su casa, a menudo observaba aquella calle Proveza que era un hervidero de andamios y obreros. Desde aquel atrio privilegiado, la única certeza que regía su mundo era la del poder. Y él lo había conseguido.

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