jueves, 12 de abril de 2018

En cualquier caso es una obligación dar aliento al anciano


  En cualquier caso es una obligación dar aliento al anciano. Hacerle consciente de que es en al vejez cuando se logra la respuesta a las grades incógnitas hasta el momento aún no resultas, de lo que se quisiera ser en el misterio que nos espera después. Pero, especialmente, que hay alguien que e preocupa de él.
  Puede que al quedar a la orilla de su actividad laboral se sientan invadidos por una dolorosa sensación  de soledad que acaba por minar el espíritu. Puede que sea un hombre que no quiere sentirse marginado por una sociedad que lo descrimina cuando su fuerzas físicas han ido disminuyendo dentro de un proceso natural. Puede que sufra cuando se ve abocado a contemplar el paso por la vida desde un banco del parque, donde cada día va perdiendo la ilusión de vivir.
  Sobre toda opción, hay que llevar a su ánimo que su papel en la sociedad actual puede ser de gran valor y utilidad. Que la labor de un ser humano no queda limitada a lo que materialmente puede ofrecer. Que cualquier presencia humana, incluso en la peor de las circunstancias físicas, puede aportar a los demás la mayor de las riquezas: el testimonio del verdadero y auténtico sentido de la vida. 

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