-Espere. ¡Ha habido un error!
La mujer se deshizo de ella.
-Cállate y siéntate.
-¡No! No lo entiende; ha habido un error. Yo no estoy loca. Solo rompí una ventana. No estoy loca.
-El desayuno ha terminado. Ponte de nuevo en la fila.
El chirrido de los bancos. El ruido sordo de varios centenares de mujeres al ponerse de pie y formar una fila junto a la puerta. Aparecieron más mujeres uniformadas, una concentración en el umbral Una de las uniformadas era más vieja, llevaba un pequeño tocado y una insignia. Estaba mirando hacia allí. Atravesó la estancia y se dirigió hacia ella. Se había producido un error. Ahora lo sabían. Se estremeció de alivio.
-¿Ella Fay?
-Sí.
-Soy la enfermera jefa. Tienes que venir conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario