-¿No has escrito nada sobre la muerte? Si yo fuera escritora no escribiría de otra cosas. Me obsesiona. Cuando vivía en Marruecos vi morirse a mucha gente. Había una niña que iba todas las tardes a la plaza que había delante de mi casa a jugar al pincho. Era la que mejor jugaba de todos. Una de esas tardes, mientras estaba sentada en un banco con sus amigas se le acercó un perro con rabia y la mordió. Creo que tuvo una muerte horrible. ¿Tú has visto a alguien morirse?
-A mi hermana chica.
A Cora le cruzó por la cara un nubarrón de vergüenza.
-Perdón -dijo mordiéndose el labio de abajo.
-Qué va, no pasa na, casi no me acuerdo de ella.
No era verdad...
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