Desde mi banco, podía observalos con atención. Sí. porque no era solamente la coqueta caniche blanca y su ama, ahora acababa de llegar al parque un robusto joven llevado casi a volanda por un enorme bulldog; ¡no se cual de los dos inspiraba mayor respeto! pero el parecido era indudable. Más tarde, con paso lento y elegante porte, se acercó una dama de cierta edad acompañada de un esbelto galgo ruso. Parecía la portada de una revista frances, y pensé, ¡de tal amo, tan animal de compañía!
No hay comentarios:
Publicar un comentario