Así pues, al final he hecho lo que me ha aconsejado Gaskill y, tras comprarme un sándwich de jamón y queso, he ido al único parque que hay en Witney (una pequeña parcela de tierra más bien triste rodeada de casas de la década de 1930 y ocupada casi por completo por un parque infantil de asfalto).Una vez ahí, me he sentado en un banco al fondo mientras las madres y las niñeras regañaban a su niños por comer arena del foso. Tiempo atrás solía soñar con esto. Soñaba con venir aquí. No para comer un sándwich de jamón y queso entre interrogatorios de la policía, claro está, sino con mi propio bebé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario