viernes, 2 de enero de 2015

El banco olvidado.




Por el lugar donde me lo he encontrado tiene que tener su historia. Le habrán puesto sus posaderas desde condes, plebeyos, doncellas, donde habrán pelado la pava en horas indiscretas y, hasta estos días algún trabajador, en su tiempo de descanso, tomaría su merienda (alguna manzana y un té) y con toda su grandeza despues del tiempo, ha llegado a ser un banco olvidado.

Geñin

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