La abuela
abrió el armario de los abrigos. “Un sitio para cada cosa y cada cosa en su
sitio”, les había dicho más de una vez durante el día anterior a Cat y Dakota,
que continuaban arrojando sus pertenencias sobre el banco corto de madera que había junto a la puerta de entrada…
…Dakota se
apoyo en la pared junto al banco y
se quitó las zapatillas con los pies; la abuela insistió en que se desatara los
cordones como es debido.
-Dakota…
-comenzó, y se sentó en el banco.
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